Invade mi realidad
tu presencia
nómada.
Aguacero de
verano:
sin augurio,
sin desagravio,
sin un fin
claro.
Llueve y llueve…
Pronto -sé con
fe-
desde una
claridad inédita
el sol saldrá imponente
secando la
tempestad.
Y de otra
virtud,
gabela y prolongación
será la calidez
y la luz:
en mi mirada,
en mi batiente,
en mi badana,
en mi alma.
Que la lluvia llene de alegría el alma de tu protagonista.
ResponderBorrarUn abrazo en la tarde.
La lluvia contiene un universo de emociones y bendiciones, así será amigo. Un abrazo, buen fin de semana!!!
BorrarSolo uno, nosotros mismos, somos capaces de saciar las incógnitas des esos instantes, de esos estados.
ResponderBorrarLa lluvia de los ojos es el tributo para sonreír al nacimiento de un nuevo sol.
Feliz sábado.
Mil gracias Agapxis, perdona la demora en contestar este comentario, por un descuido sin voluntad, se me pasó, pero en recompensa te envío un doble beso y abrazo.
Borrar