No, no me
digas nada
que me
complace exaltar los detalles
sin que el
devenir me apure
ni
pensamiento ajeno, me juzgue.
Calla, no
vaya a ser cosa
que perturbes
-y enojes-
mi mención,
mi latido
y mi monomanía
toda.
No hables, que
así puedo oír
el murmullo tenaz
de las olas
y suave… y
constante…
honrar mi
pasión.
Silencia tu retórica
que ya lo
dijimos todo
lo indigno y
lo tierno.
Y el cuerpo y
el corazón
ya sonrieron,
ya sufrieron
y sin socorro,
sobrevivieron.
Calla y por
esta vez
seduce a tu desnuda
mudez
con tu penetrante
silencio.
Con tu lengua,
hazle el amor
para que en las
entrañas de tu alma
vibres y comprendas
lo que,
catando el
sudor de tu piel,
sentí yo.
No importa
cuánto transcurra
piensa en renacido
volver…
cuando tu tesis
y tu silencio
contengan luz,
amor y fe.
Frente a las
bellas olas
-o ya diluida
en ellas-
infinita estaré.
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
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