Hay días en
que logro olvidarte.
Horas en que
soy como las hojas
que se desprenden
del árbol y vuelan
como alegres
mariposas bruñidas
al destino
que la brisa las alce.
Pero aún proceden
esas noches
en que, bien
recuerdo, fui tu raíz...
y me hundo
poderosa en la tierra
y fiera, me
revivo en tu memoria.
Pero, lejana
a tu vertiente,
me seco, me
hiero,
y sin
quererlo
medito en la
muerte.
Al amanecer, vuelvo
a ser
un indefenso
débil pétalo
no
importándome a qué cuerpo
-sin
preámbulo- me acarree
la ferocidad
del viento.
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P-Car
Paty Carvajal-Chile
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