¿Cómo me pudo
suceder
que tanto haya
errado?
¿Cómo fue que
no pude sentir
de su índole...
tanta frialdad?
Fue como si
hubiese confundido
la tiniebla
con un resplandor
un huracán
con un suspiro
un cisco con
una flor.
Todo... ¡todo
lo vivido!
pasó a ser un
sueño cínico,
que macilento
e insustancial,
cual
invención, se evaporó frente
a la
destemplanza de mi océano
mis avergonzados
sentidos
y mi
destrozado corazón
como únicos
testigos.
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
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