Mi corazón es
una rosa roja
que quemada
de olvidos
jamás ha
olvidado
a quien ama.
Y ese amor,
tierno como
un brote,
me ha
salvado.
El mismo amor
-lo sé-
que, pedazo a
pedazo,
me está
llevando.
Pero el desafecto
me hizo
callada
y aún…
nadie se
entera.
No deseo que resonancias
ajenas a mi
alma
sermoneen -e
insistan-
cómo he de
sentir mi pena
cuánto
debería durar
ni cómo y
cuándo
he de partir.
De mi prosa,
de mi ocaso,
de mi pétalo,
de mi llanto…
que nadie me
dé su mano.
Salvo… si aún
me ama
quien aún yo amo.
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P-Car
Paty Carvajal-Chile
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