Cual fucilazo de mar con llamas
osado y seguro, llegas a mi alba.
Contigo, solo contigo, los relojes,
en su faceta rabiosa, valen nada.
Y, con tan solo el sutil roce de tu luz,
fácil me desnudas, me desmiembras,
piel, corazón, memoria, inspiración.
Veme fijo, como solo tú sabes verme
y hazme nuevamente con tu tacto:
moldéame y desáseme,
enclávame, derríteme.
Después, sumisa y absoluta,
volveré donde jamás se retorna,
a tu aroma, a tu secreto, a tu sol,
a tu rabia, a tu ansia, a tu furor.
Rescátame y no me sueltes más
de este errado mundo de parecer,
donde modulo correcto, racional
la inocencia de otros nombres
que no son y nunca serán el tuyo.
Llévame a tu perfecta incertidumbre
que, para mí, es lo más supremo que viví
porque solo hoy lo diré -lo gritaré-
¡no hay nada que se asemeje
a temblar, presa de tu aliento!
Lo sé -bien lo sé- contigo...
me he de sentir una hoja seca
a mitad de un fiero otoño
¡pero será tu otoño!
y yo, cabalmente enamorada,
resistiré los vehementes instantes
dibujando en tu iris celeste
cada una de las rosadas primaveras
que puras, florecen de mi esencia
...cada vez que te miro ¡cierta!
para luego lento, poco a poco,
exhalar amor con mi lengua
bautizando cada una de tus
encubiertas veredas.
Sustráeme, elévame,
poséeme, hechízame,
déjame soñar -soñarte-
y nunca más te atrevas
-ni por un solo instante-
a despertarme.
.
.
.
P-Car
N°1694 – 05.07.2025
Derechos
Reservados
Propiedad Intelectual
Protección: Safe
Creative
📷 de Internet
(ante cualquier advertencia
será retirada de inmediato)