Carta a Paulina

Paulinita… hace mucho que no te escribía, pero siempre estás en los versos de mi corazón. Tú lo sabes.

Existen momentos en que te echo mucho de menos, pero sin el dolor de antes. Porque al fin, entiendo que todos vamos donde tú estás. Y sé… que tú estás mejor que todos los que aún estamos aquí, extrañándote.

Quiero contarte con alegría, que es muy lindo como danzas en mi mente, tal cual lo hace una brisa tibia en un atardecer de otoño, de ese color precioso de tu piel de miel, de tu pelo de sol y de tu rostro hermoso… imposible de olvidar.

Volando cual libélula de diamantes en mis pensamientos de poeta… te veo sonriendo, llena de energía, radiante de luz, siempre distinguida y natural, sólida y etérea al mismo tiempo… guerrera y ángel… ¡valiosa y bella! Y es que… así eras y serás siempre para mí.

A veces tengo un poco de pena que no estés tangible para abrazarte y darte un beso -como en este momento quisiera hacerlo- diciéndote cuánto te quiero.

Pero mi calma y paz es que sé que estás conmigo espiritualmente, en mi alma… y me lo haces sentir, diciéndome con tu música celestial que me amas, como yo a ti te adoro, querida hermana.

En un día como hoy, Dios te llamó a su reino, y yo te recuerdo más, pero ya no con amargura: sí, con una dulce nostalgia llena de tus momentos conmigo y toda tu familia. Sí, una tierna melancolía llena de tu vida, rebalsada de tu amor y el amor que te tenemos… Es un sentir precioso e infinito.

Pronto nos vemos Paulinita, tenemos una cita pendiente para brindar con vino, reírnos y emocionarnos… tratando como siempre de arreglar el mundo, tú con tus maravillosos proyectos y yo… con mis poemas eternos, los que no alcanzamos a compartir aquí en la tierra, pero sé… que guías, lees y los bendices, uno a uno desde el cielo.

Paty

16-abril-2014

P-Car

Para ti hermana, esta canción que amabas y yo también…