Hoy y ahora

En este singular período, has lo que normalmente no hacías porque andabas cansad@, molest@, preocupad@, estresad@, sin tiempo.

Escucha tu cuerpo, duerme más, despierta sin despertador. Aleja el celular de tu cama, no dejes que nada altere tu preciada vibración original, aprovecha las bondades de la lentitud, el silencio y la paz.

Ponte ropa y zapatos cómodos, mueve tus músculos con armonía y gracia. ¿Por qué no bailar un poco esa melodía tan alegre o linda que te encanta?

Respira con hondura, relájate un buen rato tendid@ y disfruta el placer de no hacer nada, que en realidad es mucho hacer. 

Usa esos productos que acumulaste para hidratar y nutrir tu piel y cabello. Date baños con burbujas e ilumina la penumbra con velas.

Háblale a tus plantas, enderézalas, nútrelas, airéales la tierra, limpia una por una sus hojas y recuerda que a ellas también les hace bien la música.

Haz la comida, especialmente esas recetas antiguas que demoraban mucho en su preparación. Hazla sabrosa a la vez de nutritiva y si es posible compártela con alguien que quieres. Pon la mesa bonita y mastica con calma mientras regalas una dulce mirada. Saca y usa aquello que tienes guardado para ocasiones que nunca suceden, ya que esta es la gran ocasión para estrenarlo. Al final del ocaso, bebe una deliciosa copa mirando el cielo, brindando hacia las estrellas y agradeciendo al universo por una oportunidad más.

Llama a tu familia y amistades, uno por día, procurando mantener extensas y profundas conversaciones, mientras pones más atención a sus emociones de tristeza y alegría que a las tuyas. No uses el whatsapp ya que nada reemplaza la voz y un intercambio real con frases auténticas sin el soporte de emoticones y el vicio de reenviar mensajes masivos. Eso no es malo, pero es para otras coacciones u otras circunstancias.

Lee, escribe, contempla, aprende algo nuevo. Crea o renueva objetos con tus manos, utiliza colores, texturas, aromas. Da igual si al comienzo no te resulta, ten claro que será el proceso el que disfrutarás.

Saca de una vez la máquina de coser que tienes con polvo en la bodega y cose los altos de ropas que dejas para hacer, modificar o componer.

Escucha la música que más te gusta, descubre nuevas que te inspiren, te hará fantástico.

Ah! Y mantente informado pero no escuches las mismas noticias deprimentes una y otra vez, menos antes de dormir, ya que en demasía te quitan energía, te nublan los ojos y te quebrantan la esperanza. Mejor es ver de nuevo esas películas de antaño que te hicieron llorar pero por lo bellas.  

Limpia, ordena, organiza y decora tu hogar con sencillez y cariño. No imites modas, solo déjate guiar por tu intuición y complace tan solo tus sentidos.

Revisa tu ropa, zapatos y accesorios para separar lo que genuinamente ya no usas, incluyendo algo que aún usas y te encanta, para luego donar todo a quien lo necesita y te agradecerá de corazón.

Saca las fotografías en papel olvidadas en un hondo rincón, recuerda lentamente esos pasajes de tu vida y vuelve a ordenarlas con cariño.  

Ayuda a alguien, conocido o desconocido, te aseguro que una persona es todo un mundo y a veces una palabra, una mirada, una sonrisa, bastan para salvar, devolver aliento y restablecer la confianza. 

Mírate al espejo y no veas defectos, entiende que seas como seas eres perfect@. Valora y cuida lo que si eres y si tienes, sabiendo que lo más importante lo llevas por dentro. Tu alma no te examinó o juzgó cuando te eligió y ella siempre está allí, incondicional, para brindarte valor, autoestima, entereza, resiliencia, amor, ilusión, virtud, amplitud y la tan necesaria paciencia.

No ofendas la situación presente, por más triste y complicada que sea, que en este pasmoso universo todo tiene una razón mayor y tal vez el sentido de todo esto es algo que no alcanzas a imaginar y que más temprano que tarde, te ha de sorprender para bien. El devenir, al ritmo prudente, nos lo irá develando y ubicará cada cosa y a cada quien en su justo lugar.

Aprovecha esta inigualable oportunidad de meditar calmadamente y caer en la cuenta que:

Todo es aplazable, incluso aquello que nadie en el mundo postergaba porque lo calificaban como prioridades vitales.

Que lo único no canjeable e impostergable es la salud, el alimento físico y espiritual, los afectos reales y la existencia misma.

Que eso corre para todos… de la raza, nacionalidad, sexo, profesión, cargo y edad que sean, porque nuestro genuino estatus es ser vulnerables habitantes de esta tierra, ninguno superior a otro: punto.

Que si no es un virus, hay infinitas causas que te pueden llevar al infinito en un instante y que a la muerte no hay que maldecirla, aborrecerla o temerle ya que es un hecho tan natural como nacer.

Que siempre es ahora, la hora justa para hacer y decir eso que honestamente importa, aquello que en tu reservada intimidad sabes que hace vibrar tu cuerpo y corazón y da un cauce a tu río interno.

Ahora bien… te preguntarás a dónde nos lleva todo este largo texto:

Vamos! Hazlo!... ponte la mano en el pecho y siente tus pulsaciones mientras piensas lo siguiente: si te llevan a un hospital y de ahí no sales con latidos, identifica a quien aún no has perdonado, a quien aún no diste las gracias, a quien no le dedicaste un poema porque te dio timidez ser tan transparente, dulce y anticuad@, a quien que fue muy importante en tu pasado hace demasiado no sabes de su realidad, a quien te faltó decirle y repetirle mil veces que te importa y l@ amas y cuáles traumas o heridas no has profundizado y sanado porque permanentemente rechazas, niegas, postergas, evitas o tapas.

Vamos! Medita!... el tiempo es grandioso y mágico, extenso o corto dependiendo de qué decides minuto a minuto y el objetivo que pones a tus acciones y palabras, lo cual hace que todo sea relativo, subjetivo, ambiguo… pero lo que yo te puedo garantizar es que… el de este instante en que lees esto y te recorre un escalofrío, es un lapso bendecido, porque en este preciso momento, sin la mega excusa de no tener tiempo, puedes decidir hacer un alto, un gesto, un contacto, un verso, un giro… ya que hoy y ahora… por un bello milagro y un noble motivo…  aún… ESTÁS VIV@!!!

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Paty Carvajal-Chile

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