miércoles, julio 20, 2011

Glaciar



Mi iris se petrifica
parada en el glaciar de tu alma
donde mis lágrimas desorientadas
caen sutiles sobre mi corazón
cual lluvia de escarcha.

Son el eco de mis poemas
un murmullo que me confunde
cuando en mi procesión descalza
quiero alcanzar el altar de tus ojos
para escudriñar en tu mirada.

Ciega acaricié tu rostro
en la brumazón de este silencio
quieto te sentí durante un suspiro
antes de escapar al norte perdido
refugio de tu frío orgullo.

Pero sobre mis pies heridos
al amparo de la sombra de la muerte
llegaré este anochecer
para caer en tus brazos
y decir… ¡cuanto aún te amo!


P-Car

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